sábado, 19 de enero de 2019

Ciudadano del mundo?






Ya ha pasado poco mas de un año desde que tomamos aquel avión en Maiquetía con destino final Manila, y desde ese momento hasta hoy los sentimientos y pensamientos son como una montaña rusa, muchos de ellos relacionados con la oportunidad que nos ha dado Filipinas y otros tantos con lo que hemos dejado atrás, para bien o para mal.

Creo que a nadie le debo explicar cuánto se extraña la tierra en la que naciste cuando ya no vives en ella, si hoy esa es tu situación, no hay nada que yo deba agregar, tu también lo sientes. Hay quienes la extrañan desde países mas cercanos, hay quienes la extrañamos desde el otro lado del mundo pero la distancia no lo hace ni más ni menos difícil. Tampoco es distinto si eres de un país u otro, aunque quien escribe lo hace extrañando a Venezuela. Lo que quizás lo puede hacer diferente, es qué tantas buenas experiencias u oportunidades has tenido en el país en el que hoy estas. Tal vez y solo tal vez ésta, entre otras variables, es una de las que si hacen determinante que sea diferente la experiencia. Por qué? En mi opinión, porque en la medida en que mejor estés donde estás, es probable que agradezcas más por la oportunidades que has tenido y aunque la nostalgia siempre estará allí, pienses menos en lo que te pone triste, y aun así solo es una teoría que se basa en como lo he sentido y vivido hasta ahora. Esto me hizo preguntarme, es eso bueno o malo? Es mejor extrañar mas? Es malo extrañar menos? Es bueno que te guste el nuevo sitio en el que estás? La respuesta a la que he llegado es igual de ambivalente: no sé si es bueno pero no creo que sea malo. Y eso es solo la simplificación de una respuesta un poco más larga y complicada:

Soy de los que cree que, como seres humanos, estamos en una constante búsqueda, buscamos eso que llamamos felicidad, sea ésta un viaje o un destino, buscamos ser mejores cada día, buscamos crecer personal y/o profesionalmente, buscamos entender por que estamos aquí, y nuestra misión de vida y creo que en ninguna parte está escrito que esas cosas que buscamos las encontraremos únicamente en la tierra donde nacimos (aunque confieso que para mi era tácito que sería en Venezuela). Por eso es que es difícil, después de este gran cambio de paradigma, no sentir tanto agradecimiento a esta tierra que hoy me ha brindado esta nueva oportunidad sin a la vez sentir tanta nostalgia por la Venezuela que dejé hace un año atrás. Esa ambivalencia es extraña, o al menos lo es para mi, y es quizás por eso que agradezco casi a diario las oportunidades que se me han dado aquí en Filipinas, así como casi con la misma frecuencia pienso con nostalgia en la tierra que me vio nacer, preguntándome cuando y como cambiará su suerte.

Estar viviendo en este país me he dado la oportunidad de aprender nuevas cosas propias de esta cultura, de este idioma, de su gente, de su forma de ser, de sus costumbres y lejos de comparar, he aprendido a apreciar las diferencias. No significa con esto que todas las cosas que he visto me gustan, pero si me gustan todas las oportunidades que he tenido de conocer cosas nuevas y diferentes que antes ni siquiera sabia que existían. También en ese aprendizaje me he dado cuenta de las muchas cosas que son tan comunes en ambos países a pesar de la distancia que hay entre ellos, y que de una manera u otra me hacen pensar en nosotros más como seres humanos de un mismo mundo, que como ciudadanos de distintos países.







No se si lo que estoy viviendo es parecido al efecto que algunos astronautas han experimentado al estar en órbita y ver el mundo desde una posición tan privilegiada, ese “overview effect”, que genera un cambio de paradigma radical en el que afirman que al apreciar el mundo desde el espacio, las fronteras desaparecen, los conflictos que nos dividen no parecen ser importantes, y que lo que realmente parece ser lo mas importante y obvio es crear una sociedad planetaria con el objetivo común de proteger nuestro único planeta... Será que empiezo a ser un venezolano que, sin olvidar sus raíces, ahora también tiene conciencia que es ciudadano del mundo? Y que aunque siempre lo he sido, sólo ahora es que esa conciencia ha despertado? Supongo que ese es uno de los despertares que me ha traído esta experiencia, y hoy, eso también lo agradezco...