Es
un pueblito muy pequeño del estado Monagas, se llama Caripe y a diferencia del resto del estado, tiene un clima de montaña muy agradable.
La verdad es que no sé si el nombre del pueblo es sólo Caripe, pues quien lo
conoce, de seguro habla es de Caripe El Guácharo, debido a que todo el pueblo
gira en torno al turismo que se produce por este animalito y su enorme cueva.
Debido
a que nací en Cumaná y me crié en Puerto Ordaz, ir a Caripe era para mi familia
el equivalente a: llegaron las vacaciones del “cole”. Caripe era una opción
cercana, económica, diferente y además en la vía para luego ir a que los
abuelos en Cumaná. Y pues como se imaginan, cada vez que íbamos yo quería
entrar a la cueva (todavía hoy me pasa)
Aún
recuerdo mi primera entrada. La hice con mi papá, a mediado de los 80´s y de lo
poco que recuerdo, además de la oscuridad, fue que estando dentro, explicaron
que las estalactitas y las estalagmitas crecían a razón de 1 cm por año (creo).
La cuestión es que había una estalagmita debajo de una estalactita que estaban muy
cerca una de la otra. El guía nos comentaba cuanto era la diferencia de espacio
entre ellas y nos retó a hacer la matemática para calcular cuantos años
faltaban para que se unieran. Recuerdo que fui el primero en responder pero mi
respuesta fue errada, lo cómico era lo orgulloso que estaba mi padre ante mi
respuesta. Años después supe que su orgullo se debía a que yo apenas estaba
recibiendo clases de suma y resta en el cole, pero según él, yo ya estaba
multiplicando para llegar al resultado (aunque fuese errado). Lo otro que
recuerdo es que yo apenas era un pichón y debido a mi tamaño y a la cantidad de
barro y guano que había dentro de la cueva, salí sucio más o menos hasta las
rodillas y pasamos horas lavando el pantalón y los zapatos a la salida de la
cueva en donde hay un río helado casi que puesto por la naturaleza para ese fin.
Otras
oportunidades se presentaron durante mi infancia, mi adolescencia y hasta
durante mi vida adulta de volver a Caripe y a su cueva, y aunque ya no hay la
emoción de salir lleno de barro (en la cueva se instaló una especie de camino
de piedra para no ensuciarse), sigo entrando para “ver si hay algo nuevo”. Es
claro que la respuesta es negativa, lo que hay dentro no ha cambiado mucho,
pero siempre al entrar me pregunto por qué vuelvo a hacerlo, si lo hago para
reactivar la emoción de la aventura, si lo hago para encontrarme nuevamente con
la naturaleza o si lo hago porque lo que ha cambiado es aquel niño que entró
hace ya muchos años y lo que busco es vivir la ilusión del reencuentro con ese niño que aún está lleno de barro dentro de la cueva….
Foto tomada en la
visita realizada a Caripe en el 2007 cuando aún se permitía el uso de cámara
sin flash en el área dónde hay guácharos
Hermano excelente cuento... comparto enormemente la emoción al leerlo de haber vivido no solo cosas similares sino que te imagino de Puerto Ordaz a Cumaná... Cuando vamos nuevamente? un abrazo. P.D. ya no dejan tomar fotos sin flash?
ResponderEliminarHermanazo bienvenido... Que bueno que te haya gustado... La verdad es que el calendario para este año esta forzado así que probablemente lo mejor es pensar en el 2013. Referente a tu duda pues en el 2008 fue la ultima vez que entré a la cueva y para esa fecha ya los guías decían que no se permitía... Un abrazo y espero que disfrutes el blog y sus cuentos
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