martes, 14 de agosto de 2012

Buscando y reencontrando



Es un pueblito muy pequeño del estado Monagas, se llama Caripe y a diferencia del resto del estado, tiene un clima de montaña muy agradable. La verdad es que no sé si el nombre del pueblo es sólo Caripe, pues quien lo conoce, de seguro habla es de Caripe El Guácharo, debido a que todo el pueblo gira en torno al turismo que se produce por este animalito y su enorme cueva.

Debido a que nací en Cumaná y me crié en Puerto Ordaz, ir a Caripe era para mi familia el equivalente a: llegaron las vacaciones del “cole”. Caripe era una opción cercana, económica, diferente y además en la vía para luego ir a que los abuelos en Cumaná. Y pues como se imaginan, cada vez que íbamos yo quería entrar a la cueva (todavía hoy me pasa)

Aún recuerdo mi primera entrada. La hice con mi papá, a mediado de los 80´s y de lo poco que recuerdo, además de la oscuridad, fue que estando dentro, explicaron que las estalactitas y las estalagmitas crecían a razón de 1 cm por año (creo). La cuestión es que había una estalagmita debajo de una estalactita que estaban muy cerca una de la otra. El guía nos comentaba cuanto era la diferencia de espacio entre ellas y nos retó a hacer la matemática para calcular cuantos años faltaban para que se unieran. Recuerdo que fui el primero en responder pero mi respuesta fue errada, lo cómico era lo orgulloso que estaba mi padre ante mi respuesta. Años después supe que su orgullo se debía a que yo apenas estaba recibiendo clases de suma y resta en el cole, pero según él, yo ya estaba multiplicando para llegar al resultado (aunque fuese errado). Lo otro que recuerdo es que yo apenas era un pichón y debido a mi tamaño y a la cantidad de barro y guano que había dentro de la cueva, salí sucio más o menos hasta las rodillas y pasamos horas lavando el pantalón y los zapatos a la salida de la cueva en donde hay un río helado casi que puesto por la naturaleza para ese fin.

Otras oportunidades se presentaron durante mi infancia, mi adolescencia y hasta durante mi vida adulta de volver a Caripe y a su cueva, y aunque ya no hay la emoción de salir lleno de barro (en la cueva se instaló una especie de camino de piedra para no ensuciarse), sigo entrando para “ver si hay algo nuevo”. Es claro que la respuesta es negativa, lo que hay dentro no ha cambiado mucho, pero siempre al entrar me pregunto por qué vuelvo a hacerlo, si lo hago para reactivar la emoción de la aventura, si lo hago para encontrarme nuevamente con la naturaleza o si lo hago porque lo que ha cambiado es aquel niño que entró hace ya muchos años y lo que busco es vivir la ilusión del reencuentro con ese niño que aún está lleno de barro dentro de la cueva….

Foto tomada en la visita realizada a Caripe en el 2007 cuando aún se permitía el uso de cámara sin flash en el área dónde hay guácharos

2 comentarios:

  1. Hermano excelente cuento... comparto enormemente la emoción al leerlo de haber vivido no solo cosas similares sino que te imagino de Puerto Ordaz a Cumaná... Cuando vamos nuevamente? un abrazo. P.D. ya no dejan tomar fotos sin flash?

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    1. Hermanazo bienvenido... Que bueno que te haya gustado... La verdad es que el calendario para este año esta forzado así que probablemente lo mejor es pensar en el 2013. Referente a tu duda pues en el 2008 fue la ultima vez que entré a la cueva y para esa fecha ya los guías decían que no se permitía... Un abrazo y espero que disfrutes el blog y sus cuentos

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