miércoles, 11 de noviembre de 2015

Día de las Playas 2015



El día llegó, sábado 19 de septiembre, y todos nos levantamos temprano para poder conseguirnos en el punto de reunión a las 6.00 de la mañana. El primero en llegar, el puntual Jacinto, quien junto a su esposa esperaba por el resto de nosotros. Llegué después de él y allí nos pusimos a conversar mientras esperábamos al clan. Poco a poco el resto del grupo comenzó a llegar para completar el total de personas que saldrían desde Caracas rumbo al Estado Vargas a aportar nuestro grano de arena a este día de celebración mundial (aunque no todos lo sepan).

Llegó la hora de partir, definimos el orden de caravana y salimos con rumbo a la primera parada logística para llenar los tanques de gasolina de algunos de los vehículos. La segunda parada era para los pilotos, asegurando un buen desayuno que nos mantuviese en pie durante toda la labor. Esta segunda parada sirvió además como punto de encuentro con parte del grupo que se incorporaría en Vargas. Grupo casi completo y todos desayunados, partimos ahora con destino a Playa Larga, ubicada en Todasana, Edo. Vargas. En la vía se fueron uniendo el resto de los integrantes de esta travesía.

Al llegar a la playa nos ubicamos del lado este de la misma, pues nos pareció el lado menos visitado y asumimos que en donde conseguiríamos más basura. Una vez estacionados los vehículos, desplegamos un par de toldos que se convertirían en nuestro punto logístico (hidratación, material de limpieza y almacén). El grupo de personas se desplegó de manera libre, en las distintas zonas que decidimos limpiar. Unos se fueron hasta el final de la playa (parte más este) para ir limpiando desde lo más lejos en dirección hacia el punto logístico, otro grupo decidió limpiar la zona sur, esa que nadie ve y que siempre se transforma en vertederos de basura escondida, otros se ubicaron en la zona rocosa de la parte más este de la playa en donde de seguro el mar aprovecha la marea alta para depositar la basura que no le pertenece, y otros se quedaron alistando el punto logístico, asegurándose de que hubiese suficiente hidratación para todos. 



Al principio la playa no parecía estar muy sucia, en general, por ser una playa visitada, los lugareños mantienen limpia la playa, al menos en la zona de toldos, sin embargo, a medida que el tiempo pasaba, se notaba como cada persona regresaba al punto logístico con una bolsa llena de basura, retirando otra bolsa vacía para continuar la labor, no sin antes parar a descansar y tomar agua para lidiar con el intenso calor del día.

La actividad se mantuvo por al menos dos horas, cuando todos como grupo decidimos descansar. Compartimos un rato agradable mientras merendamos patilla y recobrábamos ánimos. Antes de seguir llenando más sacos de basura, decidimos reunir todas las bolsas que ya estaban llenas (algunas por su peso se habían quedado en dónde se habían llenado) para contabilizar la cantidad recolectada hasta ese momento y asegurarnos que teníamos el espacio suficiente en nuestros vehículos para sacarlas de allí. Para el momento habíamos llenado un total de 35 sacos de basura. El volumen parecía ser alto para la cantidad de vehículos que teníamos así que decidimos empezar el proceso de empaquetado.


De eventos anteriores de recolección aprendimos que el traslado de los sacos de basura sólo cerrándolos y amarrándolos al techo, capó y/o caucho de repuesto de nuestros vehículos (que es lo más comúnmente usado para el traslado), puede tener consecuencias negativas, entre ellas, que las bolsas se rompan en la vía o mientras se manipulan para su desecho final (en contenedores de basura). Por esta razón agregamos un proceso de empaquetado de la basura recolectada que reduce de manera importante la probabilidad de ocurrencia de estos accidentes. El proceso consiste en introducir uno o más sacos de basura dentro de cajas de cartón y embalar estas cajas. La cantidad de bolsas a introducir no sólo dependen de la capacidad de la caja sino también del peso final, de manera que cualquier caja tenga un peso “aceptable” que osciló, en este caso, entre los 20 y los 35 kilos. Una vez que la basura ha sido empacada, la colocación de las cajas en las parrilleras de techo de nuestros vehículos es una tarea bastante fácil, y como dijimos antes, más segura y menos preocupante para los conductores.

Terminamos el proceso de empaquetado y, aunque nos quedaban sacos y cajas para continuar la labor, al presentar las cajas en los vehículos, nos dimos cuenta que habíamos abarcado la capacidad de carga de nuestras parrilleras, por lo que no quedó otra opción que dejar la labor de limpieza de ese “tamaño”. 




Los resultados de esta labor fueron un total de 35 sacos de basura recolectados, dispuestos en 20 cajas de cartón, que se estiman representaban entre 400 y 700 Kg de basura, recolectados por una representación del grupo conformada por 10 camionetas, sus pilotos y copilotos (familiares y amigos)  y una playa un poco más limpia.

Además de ello, hay resultados que son difícilmente cuantificables pero que también formaron parte de los logros de esta actividad. A todos los que participamos, más allá del cansancio propio de la tarea, esta labor nos dejó una satisfacción infinita, esa que se siente al haber logrado una meta, una que como grupo nos habíamos trazado y que era el formar parte del día de las playas una vez más, limpiando un espacio nuestro, una playa de nuestro estado Vargas, una de las tantas hermosas playas de nuestro país. Esta satisfacción es la que hoy compartimos con todos ustedes que nos leen porque estamos seguros que se puede contagiar y que esta buena acción es repetible todos los días, en la ciudad, en la playa, en la oficina, como peatones o como conductores, en definitiva, como venezolanos dispuestos a cuidar lo que es nuestro.

 


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